domingo, 22 de enero de 2012

DÉFICIT DE ATENCIÓN.

Los problemas atencionales de nuestros pequeños pueden estar unidos a una inquietud psicomotriz (hiperactividad) o simplemente pertenecer a una categoría independiente, donde se incluye a niños que presentan problemas de aprendizaje y conducta sin hiperactividad. Hay niños que sencillamente no prestan atención, niños en los que su Núcleo Estriado no se ve afectado por la disminución de dopamina y que por tanto no presentan inquietud motor.

Los componentes de la atención han sido estudiados frecuentemente y en hiperactividad son la distraibilidad, la atención sostenida, la vigilancia y los procesos cognitivos complejos, todos ellos son los más analizados e implican el estudio de la atención, relacionados con el nivel de activación cortical.

Se sabe que muchos niños hiperactivos se distraen fácilmente ya que son niños que al intentar estar al “pendiente de todo” fracasan ya que son incapaces del mantenimiento de la atención en una tarea concreta. Esta es la razón por la que a veces se sugiere “mantener a estos menores en un ambiente bajo en estímulos” ya que así pueden centrarse más en lo que deben realizar, no dispersarse y concluir con éxito lo que se espera de ellos.

Por el contrario, en muchas ocasiones, el tener que buscar estímulos, ayuda a éstos niños a mantener la alerta mejorando la atención. Por tanto entramos en una especie de círculo, donde no se sabe muy bien como acertar.

La distraibilidad es una variable que depende de la dificultad de la tarea, su duración, los distractores o la comorbilidad con otros trastornos y debe ser tenida en cuenta en la solución de dicha casuística.

Estudios realizados con tareas de tiempo de reacción consistentes en, tras presentar una señal de alerta seguida de un intervalo de preparación y una señal de reacción, que el menor ofrezca una respuesta tan rápida posible como pueda, se pueda concluir que por dichas respuestas comprobemos que los niños hiperactivos reaccionan mas lento y variable que los niños control (o sin problemas).

Se observó que si la tarea duraba tiempos más largos, los niños hiperactivos respondían peor. Los niños hiperactivos tienen una latencia de respuestas más variable. Quedo demostrado que la ejecución de sus tareas disminuye, excepto si la ejecución se divide en períodos más cortos o los niños son ayudados a volver la atención sobre la tarea.
El déficit en tareas de vigilancia es bastante habitual entre los niños hiperactivos aunque no siempre están presentes, los resultados varían según la edad, la modalidad y duración de la tarea, la presencia o ausencia del experimentador y el método de análisis en los resultados.

Un aspecto relevante y diferenciador es que los niños hiperactivos son capaces de mantenerse atentos al menos durante 30 minutos en tareas auditivas, y digo relevante, porque la comparación se hace con respecto a niños control o niños sin problemas y se refiere al plano auditivo y no al visual. En la modalidad auditiva, los niños hiperactivos no muestran los déficit que aparecen en las tareas visuales, aunque todavía es necesaria más investigación en la modalidad visual para poder concluir con objetividad sobre este tema. Los niños con déficit atencional pueden destacar notablemente en actividades con caracter musical.

Se llega a creer que son niños “ineficientes” en determinadas tareas pero las investigaciones concluyen que no son “deficientes” en procesos atencionales si hay un supervisión individualizada dándose una ejecución normal en éstos casos, si la modalidad es auditiva, si se dan tareas en donde la información es estructurada, si el menor puede tener control sobre el ritmo en el que se presenta la información y si se utiliza reforzamiento adecuado para cada caso. Atención a todas estas peculiaridades que ayudan a nuestros menores.

Cada uno de estos argumentos no son nuevos y sirven para todos los niños, no solo para los patologizados. A pesar de ello deben utilizarse con más necesidad con niños con TDAH, ya que tienen mayor número de problemas en los aprendizajes o tareas no estructuradas y espontáneas en donde los niños sin trastornos no encuentran problemática alguna.

Por lo que hemos podido ver hasta el momento es palpable cierto no consenso con los que son los déficit y no déficit de estos niños, sin embargo en el área de los procesos cognitivos con atención no hay discrepancia ninguna, el consenso es evidente ya que se comprueban las diferencias cuando estos pequeños tratan de resolver problemas complejos.

Tienen dificultades en aplicar un esfuerzo cuidadoso, sostenido y sistemático para resolver problemas y controlar sus conductas impulsivas y descuidadas, mientras que en tareas cortas y en situación de ayuda pueden rendir adecuadamente.

Su fracaso tiene lugar cuando el esfuerzo debe ser mantenido, cuando precisa un alto nivel de concentración y tienen que considerar un amplio rango de respuestas alternativas analizando detenidamente los requerimientos de la tarea en busca de la solución lógica y exacta junto a la estrategia apropiada para conseguirla. Ayudemos a estos niños.

No solo los niños con TDAH acumulan experiencias de fracaso que limitan futuras posibilidades de éxito sino que cualquier menor con cualquier tipo de alteración conductual puede terminar de este modo si se obvian sus necesidades pertinentes, tratemos de tenderles una ayuda más precisa.

A. R.

Información obtenida de la colección cursos de pos-grado en PSICOPATOLOGÍA Y SALUD. (TDAH).

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