Afortunadamente, y debido a la evolución natural, nuestro
cerebro se ha desarrollado de tal forma que ha quedado configurado
corticalmente (corteza cerebral). Nuestros antepasados, primates no-humanos,
carecían de cualquier función ejecutiva propulsada por la acción de dicha
corteza, las tomas de decisiones no eran factibles en los primates no-humanos,
debido fundamentalmente a la inexistencia de estas zonas en el cerebro. La
configuración de sus cerebros respondía con exclusividad a la presencia de
zonas como la amígdala, el hipocampo, el tálamo, el cuerpo estriado, etc.,
situadas bajo la corteza y, por tanto, concebidas como áreas subcorticales.
Es fácil desconocer que el circuito subcortical participa
tan solo en las funciones básicas de nuestra existencia, es decir, propulsa
aquellos comportamientos que tienen que ver con la supervivencia de la especie,
tales como, la ingesta de alimentos, la bebida, la reproducción y tras ella el
cuidado de nuestra especie.
Mis apreciados
lector@s:
Seguro que os preguntaréis, ¿A qué viene todo esto?.
Pues todo esto viene a consecuencia de querer compartir con
vosotros lo que en una conferencia el apreciado catedrático de
Psicobiologia D. Emilio Ambrosio nos ha
enseñado durante el transcurso de esta mañana.
Si, tratando el tema de las adicciones desde la perspectiva
psicobiologica nos ha explicado, como debido al uso, abuso y la dependencia de
algunas sustancias nuestro cerebro se ve afectado, queda dañado y se producen
grandes cambios en las funciones neuronales que se mantendrán de por vida.
El consumo de drogas ataca especialmente a la neuroanatomía
de nuestro cerebro. Dicho sistema cambia y así se puede comprobar en los
escáneres a los que se somete a las personas que son consumidores y cuyo
objetivo en sus vidas es únicamente el consumo de dichos estupefacientes.
¿Qué sucede en el cerebro de un adicto?
Lo que ocurre es que su CONTROL CORTICAL desaparece, está
inhibido, limitado. Por el contrario se produce en ellos una potenciación del
funcionamiento de las ÁREAS exclusivamente SUBCORTICALES por lo que,
“evolutivamente”, y al no tener lugar o perder el control del ÁREA CORTICAL,
las zonas frontales del cerebro pierden relevancia y dichas personas comienzan
a comportarse a nivel de un cerebro
PRIMITIVO. UN CEREBRO MÁS ANIMAL.
El hombre ha evolucionado de modo que su cerebro podría
“hacer más”. La corteza cerebral y la zona prefrontal nos han potenciado de
manera relevante, de manera particular. Sin embargo, los adictos son personas
que retroceden, evolutivamente hablando, y debido al consumo de sustancias,
regresan a un estado que se parece más al del primate no-humano que al humano.
De este modo se explica el comportamiento de muchas de estas
personas y el porqué de sus cambios. Ya no tienen los mismos intereses. Se
convierten en AUTÓMATAS, en personas a quienes no les importan ni nada ni
nadie. Solo importa su compulsividad hacia el consumo, los afectos desaparecen,
también las relaciones sociales, la familia, si están casados, sino lo están,
los hijos, el trabajo, los padres y madres y mucho menos los hermanos. Venden
sus haciendas, son esclavos de la sustancia, se comportan irreflexivo, se comportan de una
manera que recuerdan más a la de un animal que a la de un ser humano en su sano
juicio.
Estamos ante personas convertidas en auténticos
“descerebrados”, ya que, y como a través de las pruebas o tecnología sanitaria
se puede comprobar, presentan una estructura y funcionamiento no solo neuronal, sino cerebral,
transformados a consecuencia de sus consumos.
Ya no hay SENTIMIENTOS, NO HAY NORMAS MORALES, funcionan
inadecuado COGNITIVAMENTE y dejan de accionar adecuadamente debido a que su
SISTEMA NERVIOSO CENTRAL ha quedado gravemente dañado y desajustado con
respecto a un funcionamiento racional.
Un año de abstinencia podría restaurar la funcionalidad de
estas personas. Es apreciable y debido a la neuroplasticidad cerebral atisbar
cierta reversión pasado un tiempo, el SN NO DEJA DE SER MUY PLÁSTICO Y
RECUPERABLE, AUNQUE DEBEMOS SABER QUE NUNCA EN ESTOS CASOS LLEGA A HACERLO AL
100%.
A.R.
Fuente: Conferencia Emilio Ambrosio. Catedrático de
Psicobiologia de las Adicciones en UNED.