Apreciados lectores, tras haber trabajado con detenimiento uno de los manuales de terapia sexual incluído en el temario del postgrado y, debido al interés que a algunos de vosotros os suscita el tema, me apetece compartir un pequeño boceto de mis lecturas.
Comenzaré haciendo referencia al modelo de sexualidad Socio-Cultural que tanto impera en las sociedades actuales.
Dicho modelo establece unas pautas a partir de las cuales algunas conductas se establecen como anormales sexualmente, puede apreciarse cierta similitud con el modelo psicológico-psiquiátrico.
Dentro de los factores culturales no sólo englobamos lo que determine el grupo social en el que nos
desenvolvemos, su cultura, el momento histórico, sino que, además, son determinantes la ideología,
moralidad e incluso religión de cada individuo. La normalidad sexual se determina por las reglas, principios o mandamientos (normativa dentro de un grupo) de cada individuo.
Dentro de los factores culturales no sólo englobamos lo que determine el grupo social en el que nos
desenvolvemos, su cultura, el momento histórico, sino que, además, son determinantes la ideología,
moralidad e incluso religión de cada individuo. La normalidad sexual se determina por las reglas, principios o mandamientos (normativa dentro de un grupo) de cada individuo.
Con asiduidad, las
normas sociales de un grupo toman la forma de leyes y si el individuo se desvía
de las mismas, estos habrán cometido una acción ilegal o delito. He aquí la
dimensión legal de dicho modelo. Los delitos sexuales en la actualidad son
relativamente escasos, si los comparamos con la cantidad de conductas sexuales
rechazadas socialmente. Un ejemplo de ello es la práctica de la homosexualidad,
ya que, aunque ya no es considerada como una práctica delictiva, gran parte de
la sociedad la sigue considerando como anormal o no deseable.
Criterio estadístico
y la idea normativa.
Ahora se define la
conducta sexual normal como aquella que es practicada por la mayoría de
individuos pertenecientes a una población o grupo social. Se constatará como
anormal o problemática si se práctica infrecuentemente. Es preciso establecer
con exactitud, la frecuencia, distribución, la incidencia y la prevalencia de
los problemas sexuales considerados, además de si estamos ante una selección de
la población o muestras de referencia a las que afectan sesgos metodológicos u
otras consideraciones y condicionamientos estadísticos.
Son los
grupos sociales los que crean la “desviación”, ya que son quienes establecen
las reglas cuya infracción constituye dicha desviación. Se trata de un “constructo
cultural”. La desviación es más un proceso social que una condición individual.
La desviación sexual radica en el juicio del observador. Por tanto, es normal
que al existir tantas culturas, existan una alta gama de conductas sexuales
consideradas adecuadas y otras inadecuadas o desviadas. Cada sociedad intenta
un balance de regulación y licencia para hacer que todo ello sea más viable y
dentro de instituciones sociales como la familia, la religión y la economía se potencia
la conducta normalizada socialmente aceptable.
Crean su propio mundo de normalidad sexual
y de desviación y por tanto la desviación es lo que el GRUPO considera como
tal.
Para
finalizar, hablaré sobre el criterio que incluye la propia vivencia o sentimiento subjetivo, donde
es la propia experiencia del individuo y de cómo el experimenta dichas
conductas sexuales lo que constituyen el problema sexual.
La
falta de felicidad y libertad, o por otro lado, la satisfacción en el terreno sexual,
son fundamentales en el sujeto para que este no termine deteriorado
psicológicamente o, únicamente motivado para una búsqueda de ayuda profesional
o de tratamiento en su vida.
Una
deficiencia en el normal funcionamiento sexual es un problema sexual
produciendo a su vez en el individuo insatisfacción o infelicidad en el propio
desempeño sexual. A veces no es la deficiencia lo que marca la infelicidad sino
el tipo de orientación o la propia actividad sexual en sí mismas.
La
libertad es otro de los criterios subjetivos a tener en cuenta, ya que vemos
como algunas prácticas o actividades sexuales que utilizan algunas personas y
que para ellos son normales (estimulación de los genitales con la boca, etc.) para
otras no lo son tanto y pueden verse forzados a su práctica sin elección libre y
gustosa. Hechos de esta envergadura pueden llevar a la ausencia de satisfacción
y sin lugar a dudas a una infelicidad notable con respecto a esa relación o a
este tipo de actividad sexual.
De
modo que toda actividad sexual impuesta o en contra de la voluntad, producirá
insatisfacción o infelicidad y será por supuesto tenida en cuenta como un gran
problema sexual.
A.R
Fuente: Terapia Sexual. Jose Antonio Carrobles y Angeles Sanz Yaque.