sábado, 29 de septiembre de 2012

MODELOS DE SEXUALIDAD.



Apreciados lectores, tras haber trabajado con detenimiento uno de los manuales de terapia sexual incluído en el temario del postgrado y, debido al interés que a algunos de vosotros os suscita el tema, me apetece compartir un pequeño boceto de mis lecturas.

Comenzaré haciendo referencia al modelo de sexualidad Socio-Cultural que tanto impera en las sociedades actuales.

Dicho modelo establece unas pautas a partir de las cuales algunas conductas se establecen como anormales sexualmente, puede apreciarse cierta similitud con el modelo psicológico-psiquiátrico.
Dentro de los factores culturales no sólo englobamos lo que determine el grupo social en el que nos
desenvolvemos, su cultura, el momento histórico, sino que, además, son determinantes la ideología,
moralidad e incluso religión de cada individuo. La normalidad sexual se determina por las reglas, principios o mandamientos (normativa dentro de un grupo) de cada individuo.

Con asiduidad, las normas sociales de un grupo toman la forma de leyes y si el individuo se desvía de las mismas, estos habrán cometido una acción ilegal o delito. He aquí la dimensión legal de dicho modelo. Los delitos sexuales en la actualidad son relativamente escasos, si los comparamos con la cantidad de conductas sexuales rechazadas socialmente. Un ejemplo de ello es la práctica de la homosexualidad, ya que, aunque ya no es considerada como una práctica delictiva, gran parte de la sociedad la sigue considerando como anormal o no deseable.

Criterio estadístico y la idea normativa.

Ahora se define la conducta sexual normal como aquella que es practicada por la mayoría de individuos pertenecientes a una población o grupo social. Se constatará como anormal o problemática si se práctica infrecuentemente. Es preciso establecer con exactitud, la frecuencia, distribución, la incidencia y la prevalencia de los problemas sexuales considerados, además de si estamos ante una selección de la población o muestras de referencia a las que afectan sesgos metodológicos u otras consideraciones y condicionamientos estadísticos.

Son los grupos sociales los que crean la “desviación”, ya que son quienes establecen las reglas cuya infracción constituye dicha desviación. Se trata de un “constructo cultural”. La desviación es más un proceso social que una condición individual. La desviación sexual radica en el juicio del observador. Por tanto, es normal que al existir tantas culturas, existan una alta gama de conductas sexuales consideradas adecuadas y otras inadecuadas o desviadas. Cada sociedad intenta un balance de regulación y licencia para hacer que todo ello sea más viable y dentro de instituciones sociales como la familia, la religión y la economía se potencia la conducta normalizada socialmente aceptable.

Crean su propio mundo de normalidad sexual y de desviación y por tanto la desviación es lo que el GRUPO considera como tal.

Para finalizar, hablaré sobre el criterio que incluye la propia vivencia o sentimiento subjetivo, donde es la propia experiencia del individuo y de cómo el experimenta dichas conductas sexuales lo que constituyen el problema sexual.

La falta de felicidad y libertad, o por otro lado, la satisfacción en el terreno sexual, son fundamentales en el sujeto para que este no termine deteriorado psicológicamente o, únicamente motivado para una búsqueda de ayuda profesional o de tratamiento en su vida.

Una deficiencia en el normal funcionamiento sexual es un problema sexual produciendo a su vez en el individuo insatisfacción o infelicidad en el propio desempeño sexual. A veces no es la deficiencia lo que marca la infelicidad sino el tipo de orientación o la propia actividad sexual en sí mismas.
La libertad es otro de los criterios subjetivos a tener en cuenta, ya que vemos como algunas prácticas o actividades sexuales que utilizan algunas personas y que para ellos son normales (estimulación de los genitales con la boca, etc.) para otras no lo son tanto y pueden verse forzados a su práctica sin elección libre y gustosa. Hechos de esta envergadura pueden llevar a la ausencia de satisfacción y sin lugar a dudas a una infelicidad notable con respecto a esa relación o a este tipo de actividad sexual.

De modo que toda actividad sexual impuesta o en contra de la voluntad, producirá insatisfacción o infelicidad y será por supuesto tenida en cuenta como un gran problema sexual.

A.R
Fuente: Terapia Sexual. Jose Antonio Carrobles y Angeles Sanz Yaque.


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