Entrenar en habilidades
cognitivo-comportamentales, tales como el sexo seguro, la seguridad al
inyectarse drogas, la asertividad para comunicar el deseo de sexo seguro y
resistir coerciones, el automanejo y solución de problemas para anticipar,
evitar y desarrollar métodos alternativos para el manejo de los riesgos y el
refuerzo de los esfuerzos del cambio comportamental, son las áreas a través de
las cuales se podría actuar y mejorar.
Mantener dichos cambios
comportamentales mediante intervenciones continuadas, forman parte de la red de
apoyo para la prevención.
En definitiva, que cualquier
programa de prevención que conlleve hacer atractiva la practica de cualquier
conducta de salud, procederá como forma de intervención.
Trabajar en procesos de
concienciación social fomentando la responsabilidad social e individual de
prevención de infección por VIH, producirá los cambios conductuales necesarios
para la sensibilización.
Sensibilizar es igual a
intervención.
Se trabajara sobre los mitos,
tabúes, prejuicios y creencias, contrarrestando cualquier “imaginaria social”
sostenida desde el desconocimiento y desinformación para con la
estigmatización, miedo, rechazo y marginación de quienes viven con VIH/ SIDA.
A.R
Fuente; Cursos Postgrado Psicopatología y Salud.
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