miércoles, 7 de marzo de 2012

EL ABUSO SEXUAL A MENORES. OTRA FORMA DE MALTRATO INFANTIL.

En relación con el abuso sexual a menores conocer algunos de los factores moduladores o características vinculadas a las víctimas, ofensores, e incluso al propio acto abusivo no nos viene nada mal, y al hilo de la entrevista radiofónica previamente escuchada, os presento uno de los análisis realizados durante los cursos de postgrado del pasado 2011.

Las características demográficas y epidemiológicas de estos niños/ preadolescentes, nos ayudan a conocer más sobre el abuso sexual.

La víctima y su edad serían las primeras características a describir o tener en cuenta con respecto al tema que tratamos.

Durante la preadolescencia se incrementa el riesgo de abuso sexual. Los 10 años de edad son un período en el que aumenta el riesgo de abuso, precedido por el aumento de la vulnerabilidad entre los 6-7 años. Además, se encontró frecuencia de abusos entre los 12-13 años, para finalmente informar que la frecuencia de los casos de abuso se iba incrementando con la edad de los niños, hasta llegar a la pubertad.

López, Hernández y Carpintero lo explican de esta manera:

       A los 13 o 14 años es posible resistirse más al perpetrador, así se explica el descenso  en este intervalo de edad.  Si el abuso es temprano, la víctima no puede recordarlo tan bien. Los preadolescentes son víctimas más deseables, ya que son niños, pero con ya alguna señal indicativa del inicio de su madurez sexual.

Finalmente se concluye que los abusos terminan alrededor de los 14-15 años cuando el adolescente puede revelar su situación o amenazar revelarla.

Además de la edad, el sexo de la víctima es otra variable a tener en cuenta. Aunque en un primer momento son las mujeres las que sufren mayor número de abusos, gracias a algunos estudios los investigadores encuentran que es el varón subrepresentado a quien eligen los perpetradores y, por tanto, hay muchísimos varones victimas del abuso sexual.

Brassard y McNeill (1987) lo explican así:

      Los niños no revelan estas experiencias al no encontrarlas tan traumáticas.  Tabú-roto (actividad sexual/ homosexualidad) por el que no hay decisión de denuncia. La socialización espera la fortaleza del varón y su defensa por sí mismos.

Todos los planes se centran en la figura de la niña, sin embargo, no tiene por qué ser de este modo. Muchos varones que han sufrido abusos minimizan la importancia del abuso y esto hace que no reciban la ayuda en el momento necesario con las consecuencias pertinentes.

El retraso mental es otra variable significativa que hace a estos niños vulnerables del abuso, con una muy difícil denuncia. Estos niños son vulnerables por varias razones:
     
      Son más dependientes de sus cuidadores y así se vuelven más fáciles de coartar. El deseo de aceptación social los hace también vulnerables a la coerción. Presentan serias dificultades para beneficiarse de cualquier tipo de enseñanza sexual.

La figura del agresor, su sexo y edad son muy significativos. Son los varones los que más cometen tales fechorías. Las tasas de las féminas son inferiores, un 13,9% frente al 86,1% de los varones y lo hacen porque dichos adolescentes mantienen relaciones sexuales voluntarias con ellas mismas. Con respecto a la edad, hay un porcentaje del 44% de perpetradores con un rango de edad entre los 31 y 50 años por lo que la mayor parte de agresores son adultos de mediana edad.

Pero hay estudios en otros países que reflejan un elevado número de adolescentes responsables de dicho abuso. La inclinación se advierte antes de los 16 años. Los adolescentes tienen más del doble de probabilidad de ser investigados por abuso sexual de un niño que cualquier otro rango de edad. Le sigue en orden de importancia el grupo de 8-12 años.



No hay comentarios:

Publicar un comentario