martes, 20 de marzo de 2012

¿SON VERACES LAS DECLARACIONES DE ABUSO SEXUAL?

Cuando un niño nos expresa haber sido víctima de “un abuso sexual”, debemos plantearnos si sus declaraciones son ciertas o si por el contrario se inventan.

Niños en un contexto de divorcio conflictivo de sus padres, con problemas de custodia, visitas, regímenes, etc. pueden ser aleccionados para la invención. Niños motivados por presiones de adultos determinantes en la convivencia.

Se establece que entre un 36-50% de las declaraciones de estos menores pueden ser falsas.

Evaluar la veracidad de las declaraciones de los niños abusados o de adultos cuyas experiencias les han enquistado en el trauma es tarea complicada.

Se utilizan criterios como, la claridad en el relato, el retraso en la denuncia del suceso, la inseguridad y constancia en el tiempo para el relato.

Dar veracidad al testimonio del menor implica un análisis sistemático y riguroso de los detalles que nos aporta.

Detalles específicos: Se analiza la naturaleza del abuso, su secuencia progresiva y conocimientos sexuales inapropiados para su edad.

Detalles contextuales: Referentes al autor de los abusos, las estrategias utilizadas; CUÁNDO Y DÓNDE.

Detalles afectivos: Si el individuo sufre abusos graves su sentimiento es más nefasto, aunque en ciertos casos les invaden formas de sentirlo ambivalentes hacia su “perpetuador”. Niños aleccionados no sienten de este modo.

 Y por último, detalles que están relacionados con un historial de abusos por parte del adulto, testigos u otras víctimas y que pueden confirmar la perpetuación del acto.

Las relaciones conflictivas con los padres o padrastros, la falta o indisponibilidad de la madre, el aislamiento familiar, constituyen rasgos de vulnerabilidad como riesgos del abuso.

A pesar de todo, existe un consenso establecido por expertos que determina cuales son las señales y síntomas más frecuentes de abuso.

Niños preescolares con pesadillas, conducta sexualizada, miedos del tipo a la desnudez, negación anatómico-genital, evitación y ansiedad a preguntas sobre sexualidad, rechazo inexplicable a cierto personal, contextos, lugares, disociación, embarazos, descripción de presión o coacción, conducta seductora o precoz y masturbación externa, son criterios que quedan establecidos como indicadores de frecuencia de abuso en el trauma del menor.

A.R.
Cursos de postgrado.

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