Las víctimas, ¿existe un perfil para ellas?
Irigoyen afirma que no existe un perfil psicológico para este tipo de víctimas.
Aun así, enumera algunas características circunstanciales e individuales que
inciden en la probabilidad de que ciertos sujetos se conviertan en víctimas de
mobbing: Personas no sumisas que se resisten al formateo; personas cuya
capacidad y eficacia difiere del grupo; quienes no tengan una buena red social;
personas debilitadas temporalmente por dificultades personales cuya fragilidad
sea patente hacia los demás; y personas cuyo puesto les exigen cooperar alto,
aunque tienen menor control sobre la tarea en comparación con el resto de
compañeros.
González de Rivera (2002) cita otras connotaciones de las
personas candidatas al acoso:
1. Autenticidad o tendencia a la autorrealización con
fidelidad hacia uno mismo;
2. Inocencia reactiva o defensiva;
3. Dependencia afectiva.
La fragilidad, la baja autoestima, la falta de habilidades
para establecer redes de apoyo social, la inseguridad en cuanto a la eficacia
laboral, etc., son factores de vulnerabilidad en el mobbing. Sin embargo, todas
ellas pueden interpretarse más como una consecuencia más de las circunstancias
que rodean a la víctima que como variables características propias de su
personalidad. Por tanto, vemos como la tesis de la ausencia de rasgos de
personalidad es defendida a través de dichos argumentos.
Y para finalizar, mencionaré las características de la organización,
el clima laboral o el estilo de liderazgo que favorecen los casos de
mobbing. Surgen conflictos de intereses entre sus empleados y un alto grado de estrés
organizacional. Los recursos económicos y de poder están mal gestionados, hay
centros de trabajo con alto grado de estrés y escasa seguridad (educación)
apareciendo contratos efímeros, organizaciones muy jerarquizadas que inhiben la
actuación reivindicativa del empleado para este tipo de fin, grandes organizaciones
que ven incrementar los conflictos a medida que crecen los contactos
interpersonales, organizaciones con productividad no evaluada donde las
relaciones juegan un papel decisivo en la promoción de las carreras y
realización de actividades no éticas de manos de la empresa o de la dirección, que crean el clima optimo para el desarrollo de este tipo de
problemática.
Surge el concepto de whistleblower, donde los sujetos pueden
denunciar cualquier disfunción en el sistema.
Y González de Rivera destaca la posibilidad de aislamiento
de la víctima, sometida a procesos de filtros y selección para su acceso a
la información, la falta de cohesión o desvinculación del grupo como
miembro, y la improductividad como factores que favorecen la aparición
del mobbing.
A.R.
Fuente: Cursos de Postgrado en Psicopatología y Salud.
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