Refieres
tu queja acerca de molestias al principio y dolor después, durante la
penetración. Se crea una barrera entre la pareja que evoluciona hasta
convertirse en un miedo o temor manifiesto por tu parte hacia las relaciones
sexuales, y se refleja en que cada vez espacias más los acercamientos sexuales.
Tu
pareja, por su parte, interpreta la situación como un rechazo hacia él, por lo
que poco a poco comenzáis a distanciaros física y emocionalmente.
Este caso y, tras una breve evaluación psicológica, podemos considerarlo como un caso cuyo
problema es de origen psicológico, siempre que hayan quedado descartadas posibles
causas orgánicas explicativas de esta dificultad sexual en diferentes pruebas
médicas.
La sensación de dolor en repetidas ocasiones hizo que se
condicionara (aprendiera) una respuesta de ansiedad anticipatoria ante la
realización del coito, dificultando que la relación sexual concluyera como
satisfactoria.
En
la actualidad, ya no es sólo el dolor el motivo de tu problema, sino también y
como quedaron reflejados los pensamientos anticipatorios del propio dolor, la
atención selectiva a dichas sensaciones negativas, adoptar una considerable
pasividad en tu comportamiento sexual y los propios pensamientos negativos
distractores sobre la relación de pareja que aparecen durante la relación sexual.
Este
puede ser el caso típico, en el que todos estos factores pueden contribuir, en
mayor o menor medida, a una insatisfactoria relación sexual presentada por ti y
por tu pareja, el mismo caso que el de otras tantas parejas.
AR.
Fuente:
Terapia Sexual. José Antonio Carrobles.
(Sígueme en el siguiente post /:TRATAMIENTO)
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