miércoles, 8 de febrero de 2012

BIENESTAR Y CONFIANZA EN UNO MISMO.

Durante el inicio del siglo XXI asistimos a contemplar un estilo de vida social patogénico
Si vamos observando algunos factores pertinentes a nuestros estilos de existencia podemos ver como estos están caracterizados por un tipo de alimentación p.ej., basada en un exceso de consumo de grasas saturadas, azúcar, café, etc.; no tomar frutas, verduras, pescado, legumbres, etc.;

Conductas poco saludables p.ej., abuso de drogas, alcohol y/o tabaco, ciertos factores sociales y familiares como el divorcio, la separación de los padres, discutir, la soledad y el aislamiento social, las sobrecargas laborales, los contratos temporales, la inseguridad, la pérdida de empleo, jubilarse anticipado, el tráfico, los sucesos vitales, el agobio por la falta de tiempo, vivir en suburbios con déficit sociales y físicos, el nivel económico, el sexo, etc.,etc., etc., son lo que actualmente perturban nuestra salud y constituyen, bien como causas o bien como consecuencias directas un fuerte malestar, tensión, estrés, baja autoeficacia, baja autoestima, en definitiva, el ESTRÉS PSICOSOCIAL.

Como ya sabemos, nuestro cuerpo procesa la información que le proporciona el pensamiento, los sentimientos y las sensaciones físicas de nuestra experiencia diaria, en la mayoría de los casos, los peligros o amenazas que suponen los factores que conforman el estrés psicosocial se superan y vamos consiguiendo nuestros objetivos personales.

Cuando el cuerpo no desconecta, se mantiene activado y responde de forma continua a cualquiera de las fuentes de estrés arriba señaladas, saltan las alarmas y las respuestas adaptativas se convierten en graves peligros o amenazas que suponen un gran impedimento para un óptimo funcionamiento corporal.

Salta el ESTRÉS. Estrés, ansiedad y tensión que pueden alterar nuestra salud. Directamente se producen cambios fisiológicos, emocionales y/o comportamentales o indirectamente promoviendo conductas no saludables. En este momento tiene lugar el malestar físico y psíquico, se reduce nuestro bienestar y la calidad de vida.

Según autores como Lennart Levi “el estrés se convierte en la salsa de la vida o en el beso de la muerte”. El estrés según que circunstancias, puede ser positivo, saludable e incluso estimulante o por el contrario puede estar implicado en la morbilidad y mortalidad, lo mismo que puede hacernos vulnerables y dar causa y curso a muchas de nuestras enfermedades y trastornos.

Debemos aprender la habilidad de “desactivar”. Desactivar nuestro cuerpo, apagar la respuesta de estrés. Normalmente solemos conseguir dicha desactivación ya que las personas poseemos el conocimiento necesario para superar las dificultades que entraña nuestra vida diaria, la experiencia hace resurgir nuevas estrategias de afrontamiento del estrés y conseguimos aprovechar nuestro propio potencial curativo para hacer frente al estrés.

La práctica de la relajación hace que entremos en un estado incompatible con la tensión y el estrés independientemente de las fuentes que los originan y se desencadena un proceso de curación y crecimiento personal con su práctica que posibilita la eliminación de todas las tensiones y esfuerzos acumulados dando paso a la recuperación y a la apertura al mundo. “CICLO DE RENOVACIÓN” (Smith 2001).

Con este pequeño post deseo que os hayáis podido hacer una pequeña idea sobre la respuesta de estrés, en el siguiente post os hablaré de la relajación, de su fácil aprendizaje y de lo agradable que resulta su práctica.


A. R.

Cursos de postgrado en Psicopatología y Salud. Bienestar y Confianza en Uno Mismo.

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